El tiempo pasa más deprisa de lo que parece, y en el ámbito de los avances tecnológicos, aún más. Estos van a pasos de gigante, y la revolución tecnológica ha modificado la forma de trabajar en las empresas, así como su propia estructura.

Adaptarse a los cambios ha sido (y es necesario), como lo es adelantarse a las necesidades que tengamos en un futuro. Las empresas deben formar parte de esto, tomando las decisiones estratégicas adecuadas respecto a sus propios empleados. Esto pasa por ofrecer planes de formación para adquirir nuevas competencias, habilidades digitales, así como implementar nuevos programas de captación de talentos.

Parte de esta adaptación de las empresas a los nuevos modelos de transformación digital pasa también por colaborar con las instituciones educativas y universidades, de forma que se ayude a los estudiantes a adquirir las capacidades que serán demandadas en las profesiones del futuro. Desde las organizaciones se busca apoyar para que el alumnado pueda afianzar los conocimientos y aplicarlos en el mercado laboral. En este sentido, se están desarrollando diferentes iniciativas que promueven y estimulan el desarrollo tecnológico entre las nuevas generaciones, impulsando la formación que permita desempeñar funciones de liderazgo en el proceso de transformación digital.

Fuente: larazon.es

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