Durante las últimas semanas y meses, a raíz de la pandemia de Covid-19, se ha observado una mayor actividad cibernética maliciosa en todo el mundo. Y se espera que la tendencia continúe, debido al aumento del trabajo en remoto. El propio Europol señalaba que el efecto del coronavirus sobre el cibercrimen ha sido el más visible y el más sorprendente, en comparación con otras actividades criminales.

Según datos de firma de servicios profesionales EY, 6 de cada 10 organizaciones de todo el mundo (un 59%) han sufrido un ataque significativo o material en 2019 y el 48% de los comités de dirección cree que los ciberataques afectarán a su negocio de una manera más que moderada durante el próximo año. Solamente con estos datos en la mano, es de esperar, y lógico, que aumente la inversión en ciberseguridad. Que no solo incluye inversión en soluciones y tecnología, sino también la formación y concienciación continua de los empleados.

Según datos de IDC, el gasto en ciberseguridad en España alcanzará los 1.381 millones de euros en 2020, lo que supone un incremento del 6% con respecto a 2019. Tendrá además un crecimiento medio anual del 5,8% en el periodo 2019-2022.

Fuente: www.eleconomista.es

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