La impresión 3D lleva muchos años en el mercado y tiene muchas aplicaciones interesantes que desarrollar. Si bien es cierto que durante los últimos meses ha sido especialmente protagonista, llevándose grandes titulares. Se ha postulado como una tecnologías ágil y flexible. El movimiento colaborativo surgido tanto del tejido empresarial español como de los llamados makers durante la pandemia se ha materializado en iniciativas que van desde el diseño y fabricación de mascarillas hasta viseras de protección para sanitarios.
Esto ha provocado la sensación de que ha llegado su hora de la verdad, y el momento de la impresión 3D para el tejido empresarial español, más allá de las grandes factorías y de los pequeños dispositivos domésticos. De hecho, está llevando a muchas pymes a preguntarse cómo sacar rendimiento a las impresoras 3D en sus negocios.
Una pyme puede transformarse con éxito gracias a la impresión 3D. Hasta hace poco el precio era uno de los principales inconvenientes para su adopción, pero ahora no solo ha cambiado, sino que también se está superando otra segunda barrera: la facilidad de uso de una tecnología compleja. Si se actúa adecuadamente, esta tecnología está diseñada para que las empresas tengan un retorno de inversión prácticamente inmediato.
Fuente: larazon.es