Según la Cámara de Comercio de España, sólo el 30% de las microempresas tienen una página web. En una era marcada por la transformación digital, estos datos resultan preocupantes. Pero las pequeñas empresas y los autónomos cuentan con la ventaja de la rapidez y los costes menores a la hora de implementar los cambios. Una de las claves: la creatividad al ofrecer un servicio al cliente.

 

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