Los investigadores utilizarán los cables de comunicaciones submarinos que conectan las islas de Tenerife y Gran Canaria, ubicados en una zona de alta actividad sísmica. Las medidas se realizarán mediante la tecnología DAS (del inglés Detección Acústica Distribuida), que tiene un gran potencial para la monitorización de la actividad sísmica, ya que permite convertir un cable de fibra óptica en una red de sensores sísmicos muy densa.

Esta herramienta consiste en un dispositivo que emite pulsos de luz láser a través de la fibra óptica y mide las pequeñas fracciones de señal. Estas se reflejan en las imperfecciones microscópicas del interior del cable que se convierten en puntos de referencia que varían de posición como consecuencia de factores externos como por ejemplo las vibraciones del suelo y, por lo tanto, modifican las propiedades de la luz retrodispersada. Así, un solo cable conectado a un único dispositivo de medida se puede convertir en una red de miles de sensores.

Fuente: www.agenciasinc.es

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