Nos encontramos en una época en la que la optimización es fundamental. La proliferación de nuevas herramientas tecnológicas en empresas de todos los tamaños promete mejorar la eficiencia de los procesos y servicios, reducir costos, ahorrar tiempo y energía, y centralizar y analizar información. Está claro que esto brinda una ventaja competitiva, pero la complejidad involucrada dificulta determinar si estamos realmente aprovechando todo su potencial. Según Thoughtworks, una consultora tecnológica líder a nivel global, la mayoría de las organizaciones utilizan menos del 30% de la capacidad de estas innovaciones.

Para evitar el desperdicio de valor y sacar el máximo provecho a las nuevas herramientas es vital contar con un marco, una estrategia y unos objetivos bien definidos. Será necesario tener claro qué es lo que mi empresa quiere lograr y cómo la tecnología me va a ayudar a conseguirlo. Las dos palabras clave que definen esta idea son “visión holística”. Parece obvio, pero dentro de las empresas existen multitud de obstáculos para implementar esta metodología.

Fuente: cincodias.elpais.com

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