Experto en Innovación e industria cultural y creativa
¿Se imagina a unos artistas plásticos trabajando con el personal sanitario de un hospital para mejorar la experiencia de los pacientes con el objetivo de reducir la ansiedad y el stress a la hora de someterse a una prueba diagnóstica? ¿Se imagina a unos productores de Plátano de Canarias colaborando con una artesana para desarrollar productos para el hogar 100 % sostenibles? Todas estas cosas están pasando y estamos hablando de una nueva manera de innovar que es la Cross innovation o innovación cruzada.
Este tipo de innovación está al alcance de empresas de todos los tamaños, desde los autónomos hasta las grandes empresas. Únicamente es necesario querer desarrollar procesos de innovación con profesionales de otros sectores que tienen poco o nada que ver con el nuestro. Cuando vamos a desarrollar un nuevo producto o servicio es normal que aparezca el sesgo del experto. Este sesgo consiste en pensar que, al conocer tanto nuestro sector, ya está todo inventado y nada nuevo nos puede sorprender por nuestro amplio conocimiento. Esto se acentúa cuando nos juntamos con otros profesionales expertos y nadie quiere arriesgarse a decir nada nuevo que realmente no lo sea porque implicaría no ser tan experto.
También aparece en escena un limitante muy habitual en las empresas de todo el mundo, especialmente en las más pequeñas: el miedo a que me copien. Pensamientos del tipo “no voy a compartir mis ideas y menos con mis competidores por si me acaban usurpando las ideas”, nos llevan a desarrollar una innovación que denominamos cerrada y, desafortunadamente, es la que practican la mayoría de las empresas en nuestro país y que implica no compartir nuestras ideas originales con personas externas a nuestra organización. Si hablamos de microempresas o pequeñas empresas, el resultado es que las ideas no salen de la mente del propietario o emprendedor y, en muchas ocasiones, no se ponen en marcha.
«Cuando hablamos de innovación cruzada hablamos de traspasar las fronteras de nuestro sector para innovar con profesionales que no son expertos en nuestro campo, pero sí trabajan y viven de su creatividad».
El investigador de la universidad de Berkeley en Estados Unidos Henry Chesbrough se dio cuenta de que las empresas que estaban más abiertas a compartir sus ideas con personas externas para hacerlas más originales y viables generaban más innovación que las que no las compartían y practicaban la innovación cerrada. Chesbrough crea entonces el concepto de innovación abierta, que tiene el reto de ver quién es la primera empresa que da el paso. Por ello, es importante que la idea innovadora esté impulsada por alguna institución como asociaciones empresariales, universidades o administraciones públicas. Ante el desconocimiento de dónde, cómo y con quién voy a encontrar a esas personas abiertas a innovar se suele optar por no actuar porque tenemos muchos otros frentes que atender. Por eso, organizar algún tipo de evento, jornada o programa de innovación abierta es muy recomendable.
Pero les propongo ir un paso más allá de esta innovación abierta: contar con la colaboración de profesionales externos a nuestra empresa, que sean del sector cultural y creativo como diseñadores, artistas plásticos, músicos, expertos en audiovisuales, desarrolladores de videojuegos … Personas cuyo trabajo es eminentemente creativo y necesitan cada día pensar ideas originales exprimiendo su imaginación al máximo. Innovar con este tipo de profesionales es lo que denominamos Cross Innovation o innovación cruzada.
Soy consciente de que el primer pensamiento que puede surgir al leer esto puede ser: “¿Qué me puede aportar una actriz si tengo un taller mecánico o un supermercado o un despacho de abogados?”. Pues, por ejemplo, con el fin de innovar en la atención al cliente, una actriz puede asumir distintos roles de tipos de clientes con el objetivo de trabajar, junto al personal, en distintas casuísticas que contribuyan a la mejora de la experiencia del usuario.
Con motivo de la capitalidad mundial del diseño, que tuvo lugar en la ciudad de Valencia en 2022, participé como director académico en un programa de innovación cruzada, denominado Programa de innovación a través del diseño PID, consistente en la formación a diseñadores en creatividad, innovación y estrategia empresarial con el objetivo de que sean capaces desarrollar proyectos innovadores con empresas de distintos sectores: automoción, salud, turismo, agroalimentario, materias primas…
El resultado fue muy positivo por diversos motivos, entre los que destaco los siguientes:
- en muchos casos las empresas manifestaban que la mirada creativa del diseñador les había dado nuevas soluciones que no habían pensado pese a llevar mucho tiempo intentando solucionar el problema.
- los profesionales del diseño destacaban que conocer más sobre innovación y estrategia empresarial les ayudaba a que las soluciones estuvieran más orientadas al mercado.
En definitiva, cuando hablamos de innovación cruzada hablamos de traspasar las fronteras de nuestro sector para innovar con profesionales que no son expertos en nuestro campo, pero sí trabajan y viven de su creatividad. Necesitamos liberarnos de nuestros prejuicios y estar abiertos a explorar con nuevas ideas que en muchos casos nos pueden parecer irrealizables, pero finalmente son viables y nos aportan un gran valor diferencial.
Se trata de trabajar en un espacio compartido en el que se maneja un mismo idioma, y para el que empresas y profesionales del mundo cultural y creativo se tienen que formar en innovación cruzada. Es decir, todo este trabajo no consiste en juntarse sin ningún conocimiento, preparación y guía porque, en ese caso, lo más probable es que no lleguemos a nada, con la consiguiente frustración y pensamiento de que la innovación no es lo nuestro.
Finalmente quiero recordar que estos procesos de innovación cruzada pueden ser abordados desde autónomos a grandes empresas, si bien es cierto que es recomendable contar con un acompañamiento experto para no perder ni tiempo ni dinero. Les invito a que practiquen la cross innovation.