El 5G, o la quinta generación de redes móviles, está siendo una de las grandes protagonistas de los últimos meses en el ámbito de la tecnología, es incluso de la geopolítica. En cualquier caso, es necesario saber que esta tecnología no podría ser lo que es (o lo que puede llegar a ser) sin ir de la mano de otras. Una de ellas es el edge computing.

Esta computación es la que hará posible una rapidez en las comunicaciones nunca vista antes, y permitirá el crecimientos de otras tecnologías, muchas de ellas asociadas al Internet de las Cosas (dispositivos conectados a la red), como el coche autónomo. La traducción literal de edge computing podría ser “computación en el borde”, y consiste en que parte de la computación y el procesamiento de la información se hace lo más cerca posible del lugar donde se genera, en lugar de llevarlos a la nube. De esta forma, se logra aumentar la rapidez de las comunicaciones hasta hacerla casi inmediata. Y es que el 5G permite una menor latencia (retardo en una red), pero de nada sirve si los contenidos no se acercan al propio lugar donde se están consumiendo. Un ejemplo de los muchos en los que las ventajas de esta tecnología se hará patente es en el consumo de contenidos en vídeo bajo demanda, un servicio que se beneficiará de una latencia muy baja.

Fuente: expansion.com

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